Hemos escuchado que para generar un hábito son necesarios 21 días, pues esto es falso, para establecer un comportamiento y mantenerlo en el tiempo se requiere de 63 días, como lo afirma el neurólogo Estanislao Bachrach en su libro Encambio, donde evidencia de una manera muy gráfica la forma como la cadena neuronal ( que se crea en 21 días) se va fortaleciendo a medida que ejecutamos el comportamiento que queremos incorporar. Por lo tanto cuando estamos hablando del estrés necesitamos definir qué tipo de relación esperamos tener con este impulsor del desarrollo, no podemos convertir al estrés en nuestro enemigo cuando ha sido nuestro mejor aliado en la supervivencia de la especie y en el desarrollo de la humanidad.
Para esto es determinante reconocer la forma en la cual hemos estado relacionándonos con el estrés y la manera en la que hemos administrado nuestra capacidad de activación y sosiego, ya que un incremento en cualquiera de las dos terminara afectando nuestro estilo de vida, desempeño laboral y satisfacción personal.
El hecho de imaginarnos en un estado de relajación permanente, en el cual no experimentemos ni el más mínimo grado de tensión, equivaldría a elegir una vida tan plana y aburrida que terminaríamos deprimidos por no sentirnos efectivos, en la cual no tendríamos retos que superar, ni logros que alcanzar algo así como un " sindrome amotivacional" auto impuesto.
Cuando vemos la regulación del estrés como un reto cotidiano ante el cual elegimos ser felices, actuar viviendo como protagonistas de cada evento que debemos afrontar en la vida diaria, hacemos del estrés un condimento que le pone sabor al día día, para esto dispondremos de varias estrategias que nos conducirán al sano equilibrio entre el estrés y la calma.
1) Identifica tus factores estresantes: conocer nuestros detonantes tanto internos como externos facilitará anticiparnos a su aparición y estar preparados para afrontarlos.
2) Observa tu diálogo interno: escuchar que nos estamos diciendo ante las situaciones que requieren un mayor desempeño de nosotros, puede determinar la manera como las asumamos desde el liderazgo interior o desde el autosabotaje.
3) Elige estar relajado: inicia tu día con buena actitud, disfruta de las pequeñas cosas antes de salir de tu casa, desde estar conciente que te espera un nuevo y maravilloso día, hasta despedirte afectuosamente de tu familia. Conserva la calma, el tráfico, el clima o tu jefe son parte de tu día pero no determinan la manera en que te afectan las situaciones, tú eres el dueño de tus emociones, ve cada momento tensionante como una oportunidad para fortalecer tus habilidades de relajación.
4) Cuando no sepas qué hacer respira: convertir la respiración en ese ancla que te permite parar, enfocarte y direccionarte es una excelente estrategia para incrementar el nivel de oxígeno en el cerebro y lograr tomar mejores decisiones, con una pausa para respirar de manera conciente tres veces es suficiente para disminuir la tensión y lograr retomar las tareas más enfocado.
5) Invierte en tu felicidad: Mantener actividades que te hagan experimentar emociones positivas, en las cuales te desconectes de tu trabajo y te diviertas ya sea solo o en equipo es una excelente forma de mantenerte preparado para afrontar los momentos de tensión, ya que te permiten tener un equilibrio en tu vida.
El reto es definir cómo vamos a incorporar cada uno de estos pasos en el día a día y lograr ser más efectivos y estar más felices, el problema no es el estrés, es la forma en que nos relacionamos con el.
Muchos éxitos en el reto de los 63 días para regular el estrés.
@blancamerycoach.
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